AUTOR: IES LA SERRANÍA
Somos alumnos del programa contracto del instituto la Serranía
y un día estábamos en clase y la profesora de lengua nos preguntó si nos
gustaban los animales. Como la respuesta fue afirmativa, nos propuso ayudar a
la protectora de animales. Nosotros encantados dijimos que sí porque queríamos
que los animales estuvieran bien.
Carla, el primer día, vino al instituto a explicarnos como
podíamos participar en la protectora, nos enseñó un video de cómo recogían los
animales y de como se hacían cargo de ellos. ¡Nos entraron muchas ganas de
conocer a los animales!
A los pocos días fuimos a la protectora y Carla nos enseñó
a los animales que tenia a su cargo en ese momento. Conocimos a Maya, una
perrita marrón que no puede caminar; Linda, una perra adulta con problemas en
la piel; Tina, una perrita blanca y negra; Blue, un gatito de 2 meses que tiene
una hernia en la barriga; Canelita, una perrita abandonada con chip (esperemos
que la encuentren) y Arale, una perra que vive en los pajares.
Al día siguiente fuimos a la protectora para sacar de paseo
a los perros, y nos dimos cuenta de que Linda era muy buena con nosotros pero
nos extrañó que estuviera encerrada y le preguntamos a Carla por quÉ estaba
encerrada Linda. Y entonces ella nos contó su historia:
“Linda ha tenido una vida muy triste. Hace 4 años la
encontraron en una casa abandonada en el término de Llíria, muy cerca de
Casinos. La encontraron junto a 5 perros más, tres de los cuales eran hijos
suyos. Todos estaban en los huesos, muy sucios y en muy malas condiciones. Y
encima, lo peor de todo era que Linda estaba atada con una cuerda de medio
metro y no podía ni buscar comida ni cuidar de sus hijos.
Afortunadamente la protectora de Llíria junto con la
protectora de Villar nos hicimos cargo de ellos. Los alimentamos, los
duchamos, los desparasitamos y nos los llevamos a casa unos días para que
entraran en calor. Después los dimos en adopción y Linda tampoco tuvo suerte,
porque la intentaron adoptar dos veces y las dos veces la devolvieron debido a
que agredía a los demás perros (incluso mató a uno).
Ahora con los alumnos del instituto, Linda sale a pasear
con los demás perros dos o tres veces a la semana, cosa que la está ayudando a
relacionarse con los demás perros pacíficamente y la ha ayudado a mejorar.
Linda parece más feliz”.
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